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renunciar a una herencia con deudas

Renunciar a una herencia con deudas es una decisión que cada vez más personas se ven obligadas a plantearse. En una época donde los patrimonios heredados no siempre traen consigo estabilidad, sino también hipotecas, préstamos y obligaciones económicas, entender cómo funciona este proceso se vuelve fundamental.
Si te encuentras en esa situación en la que heredar no significa ganar, sino asumir una carga, este artículo está pensado para ti.

A lo largo del tiempo, hemos visto muchos casos en el despacho donde alguien nos dice: “No tengo mala relación con el resto de herederos, pero no quiero complicarme la vida con papeleos. Además, no tengo liquidez para asumir gastos… y la verdad, todo lo que se hereda son deudas.” Y sí, es completamente posible renunciar, hacerlo bien y evitar consecuencias futuras.
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En esta guía te explicamos con lenguaje claro, paso a paso, cómo renunciar a una herencia con deudas, qué implica realmente, qué errores evitar y cómo tomar esta decisión sin arrepentimientos.

renunciar a una herencia con deudas

¿Qué significa renunciar a una herencia con deudas?

Cuando una persona fallece, sus bienes no desaparecen. Tampoco lo hacen sus deudas. El patrimonio del fallecido —lo que legalmente se llama «causante»— se transmite a sus herederos. Y eso incluye tanto los activos (viviendas, cuentas, propiedades…) como los pasivos (hipotecas, préstamos, deudas personales…).

Aceptar una herencia no es simplemente decir “sí” a recibir bienes. Es asumir, por completo, la posición jurídica del fallecido. Es convertirse, técnicamente, en su sucesor. Y con ello, en responsable también de todas las obligaciones económicas que dejó atrás.

Aquí es donde entra en juego la renuncia. El Código Civil español, en su artículo 988, establece que aceptar o repudiar una herencia es un acto libre y voluntario. Nadie puede obligarte a asumir esa herencia. Y si lo haces bien y a tiempo, puedes evitar por completo que las deudas del causante se conviertan en tus deudas.

¿Qué implica una renuncia?

Cuando alguien renuncia, lo que está haciendo es decirle al Estado: “No quiero formar parte de esta herencia. Ni para bien, ni para mal.” Es una decisión que:

  • Se debe realizar de forma expresa y formal (no sirve con “decirlo” de palabra).
  • Tiene que hacerse de forma total (no puedes aceptar una parte de la herencia y renunciar a otra).
  • Es irrevocable (una vez renuncias, no puedes echarte atrás salvo supuestos de nulidad).
  • Tiene efectos retroactivos: legalmente, es como si nunca hubieras heredado. Nunca llegaste a asumir ninguna deuda.

Es importante entender también que la renuncia de un heredero no afecta a los demás. Si en una herencia hay cuatro personas y una renuncia, los otros tres pueden aceptar perfectamente. Incluso heredar más si aplica el derecho de acrecer.

Renunciar es una opción legítima, sensata y muchas veces necesaria. Pero hay que hacerlo bien. Y sobre todo, hay que hacerlo antes de haber aceptado implícitamente la herencia (por ejemplo, pagando un recibo del fallecido, vendiendo un coche heredado, etc.).

renunciar a una herencia con deudas

¿Cuándo conviene renunciar?

Renunciar a una herencia no es algo que se haga a la ligera. Pero en ciertos contextos, puede ser la decisión más sensata, responsable y realista. Hay tres escenarios principales en los que esta opción cobra mucho sentido:

Deudas superiores al patrimonio heredado

Este es el caso más claro. Si al revisar los bienes y las obligaciones del fallecido descubres que lo que se hereda son principalmente deudas (hipotecas, préstamos personales, avales, embargos…), aceptar la herencia sería como firmar un contrato para endeudarte.
Aquí es fundamental actuar rápido. Si no haces nada, y empiezas a gestionar el coche del fallecido, pagar recibos o tocar cuentas bancarias, podrías estar aceptando la herencia tácitamente. Y con ello, asumir todo el pasivo.

Falta de liquidez y complejidad administrativa

Otro motivo frecuente es la incapacidad de hacer frente a los gastos derivados de una aceptación. Heredar conlleva impuestos, gestorías, escrituras notariales, regularización de propiedades… Y si no tienes liquidez, aunque la herencia sea “positiva”, puede generarte más problemas que beneficios.

Además, hay casos en los que el fallecido deja un patrimonio desordenado, con propiedades en mal estado, negocios sin regularizar o conflictos legales abiertos. Y todo eso lo heredas también. Renunciar puede ser la vía más práctica para evitar años de papeleo, litigios o responsabilidad civil.

Conflictos familiares o renuncias por paz mental

A veces no se trata de dinero, sino de relaciones. He visto casos donde una persona decide renunciar porque no quiere tener nada que ver con el resto de herederos, porque ya tiene suficiente en la vida o porque simplemente no quiere más responsabilidades.
Esto es totalmente válido. Nadie está obligado a entrar en una herencia si eso supone entrar también en un conflicto emocional o familiar.


La clave está en valorar la situación con frialdad y buena información. A veces, aceptar “por no hacer feo” puede salir muy caro.

deudas familiares

Renunciar o aceptar… ¿y si acepto a beneficio de inventario?

Mucha gente cree que solo hay dos opciones cuando se hereda: aceptar o renunciar. Pero existe una tercera vía poco conocida que puede marcar la diferencia: aceptar la herencia a beneficio de inventario.

¿Qué significa?

Es un mecanismo legal que permite aceptar una herencia sin poner en riesgo tu patrimonio personal. Es decir, aceptas lo heredado, pero solo respondes de las deudas del fallecido con los bienes heredados, no con tu dinero.
Este beneficio está contemplado en los artículos 1010 a 1034 del Código Civil español y es especialmente útil cuando:

  • No sabes con certeza si hay más bienes que deudas.
  • Hay dudas sobre el valor real del patrimonio del fallecido.
  • No quieres renunciar directamente, pero tampoco arriesgarte.

Diferencias clave con la renuncia pura y simple

Renuncia pura y simpleAceptación a beneficio de inventario
Responsabilidad por deudasNingunaSolo con los bienes heredados
Conservación de derechosSe pierden todosSe conservan derechos sobre bienes
Gestión de patrimonioNo gestionas nadaDebes liquidar activos y pagar pasivos
Complejidad legalBajaAlta: requiere trámites concretos

Aceptar a beneficio de inventario es un proceso formal que requiere hacer un inventario judicial o notarial en plazo y forma. No basta con decir “acepto a beneficio”; hay que hacerlo bien, porque si te equivocas, podrías acabar aceptando de forma plena y asumir deudas.

¿Cuándo elegir esta vía?

Si tienes dudas sobre lo que contiene la herencia, no hay prisa por renunciar y quieres conservar la opción de cobrar algo, puede ser la mejor solución. Eso sí: exige gestión, control y asesoramiento profesional.


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Tipos de renuncia y sus consecuencias

Renunciar a una herencia no es simplemente decir “no la quiero”. Existen varios tipos de renuncia con implicaciones jurídicas distintas. Elegir la forma adecuada no solo afecta al reparto de la herencia, sino también a posibles consecuencias fiscales.

1. Renuncia pura y simple

Es la más habitual y la más segura cuando hay deudas.
Consiste en rechazar la herencia sin beneficiar a nadie en concreto. Es decir, no se redirige a ningún heredero ni se entrega a un tercero directamente.
Esta renuncia tiene efectos retroactivos: se considera que nunca has sido heredero. Por tanto, no tributa en el Impuesto de Sucesiones ni en el de Donaciones.

  • Seguridad jurídica: no asumes deudas
  • No implica tributación adicional
  • No alteras la voluntad testamentaria

2. Renuncia a favor de un tercero

Aquí es donde muchas personas se complican sin querer.
Imagina que renuncias a favor de tu hermano, o de un amigo, o de tu hijo. Esto se considera una donación, no una renuncia pura. Y tiene implicaciones fiscales muy diferentes:

  • Puede implicar pago del Impuesto de Donaciones
  • No tiene efectos retroactivos Puedes generar conflictos entre herederos

En términos legales, se considera que primero aceptas la herencia y luego la donas. Aunque tú creas que estás “cediendo” simplemente.

3. Renuncia tácita

Este tipo de renuncia hay que evitarla a toda costa.
Se produce cuando no renuncias formalmente, pero aceptas la herencia de manera indirecta: por ejemplo, vendiendo un coche heredado, usando dinero del fallecido, pagando facturas con fondos del causante…

  • El peligro es que no puedas echarte atrás.
  • Te conviertes automáticamente en heredero pleno, y con ello, en responsable de todas las deudas.

Por eso es tan importante tener asesoramiento antes de tomar decisiones. Muchas veces, por querer “ser rápidos” o “ceder algo”, acabamos comprometiendo nuestra economía sin saberlo.

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Procedimiento paso a paso para renunciar

Renunciar a una herencia no es simplemente decir “no quiero”. Para que sea legal, válida y segura, hay que seguir un procedimiento claro y riguroso. Aquí te lo explicamos paso a paso:

1. Comprueba si aún estás a tiempo

El plazo general para tomar una decisión sobre la herencia es de 6 meses desde la fecha de fallecimiento, que es también el límite para liquidar el Impuesto de Sucesiones.
Sin embargo, si no se ha producido aceptación tácita y nadie ha exigido tu pronunciamiento, técnicamente puedes renunciar incluso después, aunque lo ideal es hacerlo dentro de plazo para evitar complicaciones fiscales.

2. Reúne la documentación necesaria

Para renunciar formalmente necesitarás:

  • Certificado de defunción
  • Certificado de últimas voluntades
  • Copia del testamento (si lo hay)
  • Documentación de los bienes y deudas conocidos
  • Tu DNI o NIE

Esta documentación es clave tanto para el notario como para realizar los trámites registrales posteriores.

3. Acude a un notario

La renuncia se realiza ante notario y debe formalizarse mediante escritura pública de repudiación de herencia. No vale una carta ni un documento privado. El notario te explicará los efectos, revisará si hay aceptación tácita previa y te guiará en los términos legales adecuados.

En algunas ocasiones —por ejemplo, si todos los herederos renuncian— será necesario acudir a un juzgado para que la herencia se declare vacante.

4. Registra la renuncia si es necesario

Si hay bienes inmuebles, puede ser necesario comunicar la renuncia al Registro de la Propiedad para que quede constancia de que ya no formas parte de la masa hereditaria. También puedes necesitarlo para informar a Hacienda, sobre todo en el caso de comunidades autónomas con normativa específica.


Un consejo: no esperes al último minuto. Las renuncias hechas con prisas pueden salir caras. Siempre es mejor estudiar con calma el patrimonio, las deudas y consultar con un profesional antes de formalizar nada.

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¿Qué ocurre después de renunciar?

Una vez formalizas la renuncia a la herencia, se desencadenan varias consecuencias legales y patrimoniales que debes conocer. Aunque hayas “cerrado tu parte”, el proceso hereditario continúa para los demás implicados.

1. Tu renuncia es irrevocable

Salvo casos muy concretos de nulidad (por ejemplo, si se demuestra coacción, error esencial o falta de capacidad), no podrás volver atrás. Renunciar significa que legalmente nunca fuiste heredero, y por tanto, no puedes reclamar ningún derecho posteriormente sobre esos bienes.

2. El resto de herederos sigue su curso

La renuncia es personal. Que tú decidas no aceptar no implica que el resto lo haga.
Lo normal es que se aplique el derecho de acrecer, lo que significa que tu parte se redistribuye entre los demás herederos que sí hayan aceptado.
Por ejemplo, si eran tres y tú renuncias, los otros dos recibirán el 50 % cada uno (siempre que no haya disposiciones testamentarias distintas).

3. ¿Y si todos renuncian?

En este caso, estamos ante una herencia vacante. Y cuando eso ocurre:

  • La herencia puede pasar a los herederos legales siguientes (por ejemplo, si renuncian los hijos, pasa a los nietos o padres).
  • Si nadie la acepta, finalmente recae en el Estado o en la Comunidad Autónoma correspondiente.

Este proceso suele implicar un expediente administrativo complejo que se resuelve a través de Hacienda. Por eso, en muchas familias, siempre hay alguien que decide aceptar “para no perderlo todo”.

4. ¿Y las deudas?

Aquí está la gran ventaja: no heredas absolutamente nada. Ni bienes, ni derechos, ni deudas.
La renuncia tiene efectos retroactivos: es como si nunca hubieras heredado. Por tanto, ningún acreedor del fallecido podrá reclamarte nada.


Como ves, renunciar no solo es una decisión válida, sino muchas veces protectora. Pero hay que conocer bien sus efectos para no tener falsas expectativas o problemas con el resto de la familia.

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Fiscalidad y riesgos asociados

Aunque renunciar a una herencia puede parecer una forma de evitar problemas, lo cierto es que también tiene implicaciones fiscales que conviene conocer antes de firmar nada. Además, si no se hace correctamente, puedes acabar enfrentando consecuencias no deseadas.

1. ¿Hay que pagar impuestos al renunciar?

Depende del tipo de renuncia:

  • Renuncia pura y simple (la que no beneficia a nadie): no tributa.
    Hacienda lo considera como si nunca hubieras heredado, así que no se genera obligación de pagar el Impuesto de Sucesiones.
  • Renuncia a favor de un tercero: aquí sí hay fiscalidad, y no es pequeña.
    Legalmente, se entiende que has aceptado y luego donado, por tanto:
    • Tú puedes tributar por el Impuesto de Sucesiones.
    • El beneficiario adicional debe tributar por el Impuesto de Donaciones, que suele ser más alto, especialmente si no hay vínculo familiar directo.

Este matiz es clave y muchas personas lo ignoran al querer “ceder su parte” sin asesorarse antes.

2. Diferencias entre Comunidades Autónomas

Cada Comunidad Autónoma tiene competencias para regular bonificaciones y reducciones en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
Esto significa que en algunas regiones (como Madrid o Andalucía) renunciar a favor de un hijo puede salir fiscalmente neutro, mientras que en otras (como Cataluña o Asturias) puede suponer una carga considerable.

Por eso, siempre conviene revisar la normativa autonómica concreta antes de tomar decisiones que afecten a terceros.

3. Riesgos por hacerlo mal

Hay dos errores típicos que pueden costarte caro:

  • Aceptar sin darte cuenta (aceptación tácita): basta con hacer gestiones, pagar recibos o mover bienes sin haber renunciado aún para convertirte en heredero pleno. Y si luego intentas renunciar, ya no puedes.
  • Renunciar parcialmente o con condiciones: no se puede. No puedes decir “renuncio, pero solo si…”, o “renuncio solo a la casa pero quiero el dinero”. La renuncia es total, incondicional e irrevocable.

Si tienes dudas o el caso incluye muchos herederos, conflictos familiares o bienes repartidos en varias provincias, lo más inteligente es consultar con un profesional antes de actuar.

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Ejemplos reales y casos frecuentes

A veces, la mejor manera de entender las implicaciones de renunciar a una herencia con deudas es a través de ejemplos reales. Estas situaciones reflejan casos que nos encontramos a menudo en el despacho y muestran cómo una decisión puede cambiar completamente el rumbo legal y económico de una persona.

Caso 1: Herencia con hipoteca y préstamo personal

María, hija única, hereda una vivienda con una hipoteca pendiente de 115.000 €, un coche embargado y un préstamo personal de 20.000 €. No hay más activos.
Aunque en un principio pensó aceptar para “no perder la casa”, tras revisar los números y hablar con su banco, entendió que se metería en una carga imposible de sostener.

→ Optó por la renuncia pura y simple.
→ Resultado: no heredó ni la vivienda ni las deudas. Y nadie pudo exigirle el pago.

Caso 2: Herederos múltiples con conflictos

Cuatro hermanos heredan tras el fallecimiento de su padre. Uno de ellos, Luis, llevaba años sin relación familiar y no quería implicarse en ningún trámite.
Los otros tres sí aceptaron. Luis decidió renunciar expresamente en notaría.

→ Resultado: su parte fue redistribuida entre los demás (derecho de acrecer).
→ Luis no tuvo que intervenir más y evitó conflictos y papeleo innecesario.

Caso 3: Renuncia a favor de un hijo… y sorpresa fiscal

Rosa, madre de dos hijos, decide renunciar a su parte de herencia para que “todo lo disfruten ellos”. Lo hace sin asesoramiento, directamente a favor de uno de sus hijos.
Meses después, recibe una liquidación del Impuesto de Donaciones, ya que Hacienda consideró que aceptó y luego donó.

→ Resultado: su renuncia “solidaria” se convirtió en una donación tributada con recargo.
→ Podría haberse evitado si hubiese hecho una renuncia pura, sin favorecer a nadie en concreto.


Estos ejemplos muestran que no hay una única solución válida para todos. La clave está en analizar el contexto, el patrimonio, las relaciones familiares y la normativa fiscal antes de decidir.

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Preguntas frecuentes sobre renunciar a una herencia con deudas

¿Puedo renunciar a una herencia si ya he aceptado parte?

Si has hecho actos que implican aceptación tácita (como usar bienes del fallecido, pagar deudas con sus fondos o gestionar propiedades), ya no puedes renunciar. En cambio, si solo has hecho consultas o trámites informativos, todavía estás a tiempo.

¿Hay un plazo legal para renunciar?

El plazo más seguro es dentro de los 6 meses desde el fallecimiento, coincidiendo con el periodo para liquidar el Impuesto de Sucesiones.
Aun así, si no se ha aceptado aún y nadie lo exige judicialmente, la ley no fija un límite exacto, aunque es arriesgado esperar mucho.

¿Puedo renunciar solo a una parte de la herencia?

No. La renuncia tiene que ser total. No puedes aceptar los bienes y rechazar las deudas. Tampoco puedes renunciar “condicionalmente” o “temporalmente”.

¿Qué pasa si todos los herederos renuncian?

La herencia pasa a los herederos legales siguientes, y si estos también renuncian, se considera vacante. En ese caso, la herencia es gestionada por la Comunidad Autónoma o el Estado.

¿Puedo cambiar de opinión después de renunciar?

No. La renuncia, si está bien hecha, es irrevocable. Solo se podría anular en casos excepcionales como coacción, error esencial, falsedad o incapacidad legal.

¿Necesito abogado o notario para renunciar?

La renuncia debe hacerse ante notario (o ante el juez en algunos casos), pero contar con un abogado experto en herencias te evitará errores costosos, especialmente si hay varios herederos, deudas o situaciones complejas.

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