declaración responsable licencia apertura

Abrir un negocio debería ser una aventura emocionante. Pero si has llegado hasta aquí, seguramente estás lidiando con uno de esos trámites que hacen que el entusiasmo se enfríe: la declaración responsable de licencia de apertura. Esa especie de “licencia exprés” que te permite empezar a trabajar más rápido… pero que también puede traerte dolores de cabeza si no la entiendes bien.

Sí, es más rápida y barata que la licencia de apertura tradicional. Pero también es una declaración legal que firmas bajo tu responsabilidad. Y eso significa que, si algo no está en regla, las consecuencias recaen directamente sobre ti. Porque no se trata solo de “rellenar un formulario” y abrir el local. Se trata de declarar —por escrito— que cumples con todas las normativas técnicas, urbanísticas y de seguridad. Aunque no las conozcas, nadie te las haya explicado o ya hayas invertido miles de euros en reformas.

Por eso, si estás en pleno proceso de apertura o reforma, mi consejo es claro: no firmes nada sin entender bien lo que estás declarando. Y si necesitas ayuda para asegurarte de que tu negocio cumple con todo, puedes apoyarte en un abogado especializado que revise tu caso antes de que sea tarde. Aquí puedes solicitar una consulta personalizada en el área de empresa →

En este artículo vas a encontrar una guía completa, clara y realista para entender:

  • Qué es exactamente esta declaración y en qué se diferencia de otros trámites.
  • Qué ventajas tiene (sí, también tiene muchas).
  • Quién puede presentarla y en qué condiciones.
  • Cómo se presenta paso a paso.
  • Qué errores cometen muchos emprendedores y cómo evitarlos.

Además, compartiremos ejemplos reales y situaciones frecuentes que puedes vivir si no haces bien este trámite. Porque esto no va solo de papeles. Va de proteger tu inversión, tu tranquilidad y tu negocio.

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¿Qué es la declaración responsable de licencia de apertura?

La declaración responsable de licencia de apertura es un documento que puedes presentar ante el Ayuntamiento para iniciar tu actividad económica de forma inmediata, sin necesidad de esperar la aprobación de una licencia tradicional. Suena bien, ¿verdad? Lo es. Pero también tiene su letra pequeña.

Lo que estás firmando, en esencia, es una afirmación legal de que tu local cumple con todas las normativas que le afectan: urbanísticas, técnicas, de seguridad, higiene, accesibilidad, etc. Estás diciendo, bajo tu responsabilidad, que todo está correcto y que se puede abrir. Y esa firma tiene peso legal. Si luego resulta que no era así, las consecuencias no son menores.

¿Por qué se creó esta figura?

Se impulsó como medida para agilizar trámites administrativos y facilitar la actividad empresarial, especialmente en momentos de necesidad, como durante la pandemia. Permitía abrir sin paralizarse meses en burocracia. Pero como ocurre con muchos atajos, si no se entienden bien sus implicaciones, puede volverse en tu contra.

Lo que mucha gente no sabe…

Un error muy habitual es pensar que presentar esta declaración es “como un permiso provisional”. No lo es. No hay margen para correcciones posteriores. Una vez que declaras que cumples con todo, estás expuesto a una inspección en cualquier momento. Y si el Ayuntamiento detecta deficiencias, puede:

  • Exigirte reformas inmediatas (con el coste que eso implica),
  • Imponer sanciones económicas,
  • E incluso precintar el local.

Por eso es vital comprender que este documento no es un mero trámite: es una declaración legal en la que tú asumes toda la responsabilidad de lo que afirmas. Y la mejor forma de protegerte es informarte, asesorarte y asegurarte de que realmente cumples con lo que estás firmando.

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¿Por qué es una buena opción para emprender?

Cuando estás a punto de abrir tu negocio, cada día cuenta. Cada euro también. Por eso, la declaración responsable de licencia de apertura puede parecer un regalo caído del cielo: te permite empezar rápido, ahorrar dinero y evitar el laberinto de trámites interminables. Y lo cierto es que, bien utilizada, es una herramienta muy útil. Veamos por qué.

Ahorro económico desde el inicio

Uno de los grandes atractivos es el coste. La tasa que debes pagar por presentar esta declaración suele ser mucho menor que la de una licencia de apertura tradicional. Y si ya vas justo de presupuesto por el alquiler del local, las reformas, la maquinaria, el stock inicial… este ahorro puede marcar la diferencia.

Ganas tiempo (y tranquilidad)

Mientras que la licencia tradicional puede tardar semanas o incluso meses en tramitarse, con la declaración responsable puedes abrir prácticamente de inmediato, en cuanto presentes la documentación. No tienes que esperar una resolución formal del Ayuntamiento. Eso te da una enorme ventaja si quieres aprovechar una oportunidad de mercado, una campaña estacional o simplemente no perder más tiempo sin facturar.

Trámite más ágil y menos burocrático

Presentar una declaración responsable es, en teoría, más sencillo que solicitar una licencia. Requiere menos documentación técnica, no necesita una validación previa del consistorio y puedes hacerlo de forma telemática en muchos municipios. Ideal si no quieres eternizarte en ventanillas o esperando al arquitecto municipal.

Flexibilidad para negocios pequeños o sencillos

Si tu actividad no es molesta, peligrosa ni requiere grandes obras, es probable que puedas acogerte a este sistema. Eso incluye muchos comercios minoristas, oficinas, pequeños talleres, estudios o locales sin música en vivo. Y si más adelante necesitas hacer cambios menores (como mover una estantería o cambiar una luminaria), no necesitas tramitar todo desde cero.

Eso sí, como ya dijimos: esto no es un juego. La velocidad y la simplicidad no deben confundirte. Porque estás firmando algo muy serio. Y si luego hay una inspección y resulta que no cumples… el Ayuntamiento puede obligarte a cerrar, reformar o pagar una sanción.

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¿Tu negocio puede beneficiarse? Requisitos concretos

No todos los negocios pueden utilizar la declaración responsable de licencia de apertura. Aunque esta figura simplifica mucho los trámites, hay que cumplir con ciertos requisitos legales y técnicos. Si no los cumples, no solo estarás cometiendo una infracción: estarás poniendo en riesgo tu inversión desde el minuto uno.

Requisitos generales para poder usar la declaración responsable

  1. Actividad no clasificada como molesta, insalubre, nociva o peligrosa
    Si tu negocio genera ruidos, residuos, vibraciones o riesgos para la salud o el entorno, necesitarás una licencia tradicional.
  2. No requiere obras de adecuación relevantes
    Si el local necesita reformas estructurales o instalaciones complejas, como salida de humos o refuerzo eléctrico, no es válido. Solo se aceptan obras menores (y aún así, hay que justificarlas).
  3. Cumple con la normativa municipal vigente
    Esto incluye seguridad contra incendios, accesibilidad para personas con discapacidad, ventilación, iluminación, higiene, etc. Y lo más importante: debes conocerla, aunque nadie te la explique detalladamente.
  4. Superficie máxima permitida (según el municipio)
    Algunos Ayuntamientos imponen límites de metros cuadrados. Por ejemplo, locales de más de 300 m² pueden quedar excluidos, aunque esto varía.

¿Y cómo sé si mi negocio puede acogerse?

Aquí viene el primer consejo práctico: consulta directamente con el Ayuntamiento de tu municipio o con un asesor especializado. Cada localidad tiene sus propias ordenanzas. Lo que es válido en Sevilla puede no serlo en Bilbao. A veces, incluso dos barrios del mismo municipio tienen condiciones distintas.

Tip extra: revisa el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)

Este documento (que suele estar disponible en la web del Ayuntamiento) indica qué actividades se permiten en cada zona, qué requisitos hay para cada tipo de local y qué limitaciones existen por uso del suelo. Es la “biblia urbanística” de tu ciudad. Si no sabes cómo interpretarlo, pide ayuda.

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¿Y qué es eso de la comunicación previa?

En algunos municipios existe una figura similar, conocida como comunicación previa, que puede confundirse con la declaración responsable… pero no es exactamente lo mismo. La comunicación previa te permite también iniciar tu actividad sin esperar licencia, pero solo si tu negocio cumple ciertos requisitos muy concretos.

¿Quién puede usarla?

  • Comercios minoristas con menos de 300 m²
  • Oficinas de menos de 100 m²
  • Talleres artesanales pequeños (menos de 200 m²)
  • Bares y restaurantes sin música en vivo y con menos de 100 m²

¿Quién queda fuera?

  • Actividades clasificadas como molestas, peligrosas o insalubres
  • Locales que necesiten obras
  • Establecimientos que excedan los límites de superficie
  • Actividades no previstas en la normativa municipal

El procedimiento varía según el municipio, pero en general, la comunicación previa implica presentar la documentación técnica mínima y comunicar formalmente al Ayuntamiento que vas a iniciar la actividad. Sin que eso implique una declaración de cumplimiento con todas las normativas (como ocurre con la declaración responsable). Es menos comprometida legalmente, pero también más restringida.

¿Cuál usar entonces?

Consulta con tu Ayuntamiento o con un profesional para ver cuál aplica en tu caso. Algunos municipios permiten las dos. En otros, solo una. Lo importante es no confundirlas ni usar la equivocada.

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Guía paso a paso para presentar la declaración responsable

Si ya tienes claro que tu negocio cumple con los requisitos legales y técnicos, es momento de presentar la declaración responsable. A continuación te explico cómo hacerlo paso a paso, con claridad y sin tecnicismos innecesarios:

1. Prepara la documentación básica

Aunque cada Ayuntamiento puede tener variaciones, en general te pedirán lo siguiente:

  • Formulario de declaración responsable (suele estar disponible online)
  • Memoria técnica del local: breve informe sobre la actividad, distribución del espacio, instalaciones…
  • Planos del local: con medidas, accesos, baños, salidas de emergencia, etc.
  • Justificante de pago de la tasa correspondiente
  • Copia del DNI/NIE y documento acreditativo de la representación (si lo presenta otra persona)

2. Asegúrate de que toda la información es veraz

Recuerda: estás firmando bajo tu responsabilidad que todo lo que presentas es cierto. Si luego se demuestra que algo no cumple, te arriesgas a sanciones, reformas forzadas o incluso al cierre del negocio.

3. Presenta la documentación ante tu Ayuntamiento

Hay dos formas habituales:

  • Telemáticamente, a través de la sede electrónica del Ayuntamiento.
  • Presencialmente, en el registro municipal (con cita previa, en la mayoría de casos).

Verifica si tu Ayuntamiento exige alguna plataforma específica o documentación adicional. Algunos incluso ofrecen un modelo orientativo de memoria técnica o planos.


4. Puedes iniciar tu actividad desde ese mismo momento

Uno de los grandes beneficios de este trámite es que no necesitas esperar a que el Ayuntamiento te dé el “OK”. Desde que registras la documentación, puedes abrir tu negocio al público.

5. Pero prepárate para una inspección posterior

Y aquí viene el punto crítico: en cualquier momento, el Ayuntamiento puede enviar un inspector para comprobar que todo lo declarado se cumple en la realidad. Si hay errores, omisiones o incumplimientos, pueden exigirte que los soluciones… o paralizar la actividad.

Por eso insistimos tanto en que no presentes esta declaración a la ligera.

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¿Qué ocurre después de presentar el trámite?

Una vez que has presentado la declaración responsable y toda la documentación está en manos del Ayuntamiento, ya puedes abrir tu negocio al público. Es una de las grandes ventajas de este procedimiento: la inmediatez. Pero ojo, aquí no termina todo. Lo que viene después es igual —o más— importante.

Puedes empezar… pero estás en el punto de mira

Aunque tu negocio ya esté en marcha, el Ayuntamiento puede realizar una inspección técnica en cualquier momento. No hay un plazo fijo: puede ser al mes, al año o incluso a los pocos días. Y en esa inspección, comprobarán si todo lo que declaraste realmente se cumple.

Si encuentran errores, incumplimientos o carencias normativas, las consecuencias pueden ser graves:

  • Te requerirán subsanar las deficiencias (con coste y urgencia).
  • Pueden iniciarte un expediente sancionador.
  • En casos extremos, pueden precintar el local y suspender la actividad.

¿Qué revisan en la inspección?

Los técnicos municipales evaluarán varios aspectos clave:

  • Cumplimiento de la normativa urbanística y de actividad.
  • Instalaciones de seguridad (extintores, salidas de emergencia…).
  • Accesibilidad para personas con movilidad reducida.
  • Anchura de pasillos, altura de techos, ventilación, baños…
  • Correspondencia entre la documentación presentada y el estado real del local.

¿Cómo evitar problemas?

Aquí viene el consejo de oro: no firmes la declaración hasta estar seguro de que todo está en orden. Lo más recomendable es:

  1. Consultar con un técnico o asesor legal antes de firmar.
  2. Hacer una revisión técnica del local.
  3. Validar que la actividad que vas a desarrollar está permitida en esa ubicación.

Muchos emprendedores, por las prisas o por desconocimiento, firman sin tener claro qué están declarando. Y luego, cuando llega la inspección, se encuentran con gastos imprevistos, reformas forzadas o incluso el cierre del negocio.

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Casos prácticos y errores frecuentes

Nada como los ejemplos reales para entender lo que sí debes hacer… y lo que nunca deberías repetir. Porque la teoría está muy bien, pero es en la práctica donde muchos emprendedores cometen errores por desconocimiento o por exceso de confianza.

Aquí van algunos escenarios comunes que podrían evitarte un susto (o una sanción).

Caso 1: “Abrimos con todo hecho… pero sin comprobar detalles técnicos”

Una pareja de emprendedores abrió una cafetería tras firmar la declaración responsable. Habían hecho pequeñas obras, instalado su mobiliario y contratado personal. Todo parecía en regla.

Un mes después, en la inspección, detectaron que la altura del techo en el baño era inferior a lo exigido por normativa, algo que ni habían considerado. El resultado: tuvieron que rehacer parte de la obra, con el local ya abierto y clientes entrando.

Lección: antes de firmar, verifica que el local cumple con los aspectos técnicos. No solo lo evidente, también lo menos visible.

Caso 2: “Pensábamos que no necesitábamos licencia porque no hicimos obras”

Un pequeño taller de cerámica empezó a funcionar tras presentar la declaración responsable. No hicieron obras, así que creyeron que todo estaba correcto. Pero su actividad producía residuos especiales y utilizaba hornos industriales, lo que la clasificaba como “molesta”.

El Ayuntamiento revocó la apertura y les exigió tramitar una licencia completa.

Lección: aunque no hagas obras, revisa si tu actividad se considera inocua o necesita licencia. No es una cuestión de percepción personal, sino de normativa.

Error frecuente: «Lo firmo y ya veremos después»

Muchos emprendedores, con prisa por abrir o presión por empezar a facturar, presentan la declaración sin conocer ni la mitad de lo que declaran cumplir. A veces ni siquiera han leído la normativa municipal. Piensan: “Ya lo arreglaré si hace falta”.

El problema es que ese “ya veremos” puede costarte miles de euros en sanciones, obras imprevistas o incluso el cierre del local.

Lección: infórmate bien, busca asesoramiento si lo necesitas, y no firmes nada que no puedas respaldar con hechos.

En resumen: la declaración responsable es una gran herramienta, pero también una gran responsabilidad. No dejes que la urgencia te haga perder de vista lo importante: proteger tu negocio desde el primer día.

Preguntas frecuentes sobre la declaración responsable de licencia de apertura

A lo largo del proceso de abrir un negocio con este trámite, es normal que surjan dudas. Aquí resolvemos algunas de las preguntas más habituales que nos hacen quienes se enfrentan a la declaración responsable de licencia de apertura por primera vez:


¿Puedo abrir el negocio nada más presentar la declaración?

Sí. Esa es una de las principales ventajas de este procedimiento: puedes comenzar la actividad en cuanto presentes la documentación. No necesitas esperar la aprobación del Ayuntamiento.


¿Qué pasa si cambio de actividad después de haberla presentado?

Si cambias la actividad económica declarada inicialmente, deberás presentar una nueva declaración responsable, ya que cada actividad puede tener requisitos específicos diferentes.


¿Y si quiero hacer pequeñas reformas tras abrir?

Depende del tipo de reforma. Las obras menores, como pintar, cambiar mobiliario o instalar una estantería, normalmente no requieren nueva declaración. Pero si afecta a elementos estructurales, distribución del espacio o instalaciones técnicas, deberías consultar con el Ayuntamiento antes de hacerlas.


¿Cuánto cuesta?

El coste depende del municipio, pero suele ser más económico que una licencia tradicional. Generalmente solo pagas una tasa administrativa, que puede oscilar entre los 50 y los 300 euros, dependiendo del lugar y de la actividad.


¿Puedo corregir algo después de haber firmado?

En teoría, no. Una vez presentada la declaración, ya estás afirmando que todo está en regla. Si hay errores, el Ayuntamiento puede exigirte corregirlos tras la inspección, pero no hay un “plazo de corrección” previo. Por eso es fundamental revisar todo antes.


¿Qué responsabilidad tengo si hay fallos?

La responsabilidad es completamente tuya. Has firmado un documento donde declaras cumplir con la normativa. Si no es así, te enfrentas a sanciones, cierres o incluso a responder con tu patrimonio en caso de incidentes graves.

¿Cómo usar la declaración responsable de licencia de apertura con seguridad?

La declaración responsable de licencia de apertura es una herramienta muy útil para quienes quieren iniciar su negocio sin perder meses entre trámites, planos y aprobaciones. Te permite abrir rápido, con menor coste y sin tantas barreras administrativas. Pero también implica un nivel de responsabilidad altísimo.

Porque cuando firmas, estás diciendo: “Mi local cumple con todo”. Aunque nadie lo haya revisado todavía. Y si luego llega una inspección y no es así, las consecuencias recaen directamente sobre ti.

Por eso, antes de presentar este trámite, asegúrate de que:

  • Tu actividad es compatible con la declaración responsable.
  • El local cumple con todos los requisitos técnicos y normativos.
  • Estás informado (o asesorado) sobre la normativa de tu municipio.

Y si tienes dudas —o directamente quieres que alguien te acompañe para no meter la pata— puedes contar con ayuda experta.

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